Mesa y Arce resaltan por su firmeza; Áñez por la empatía
El candidato de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, empata
con su rival del Movimiento al Socialismo (MAS) como el que muestra mayor
firmeza en el escenario electoral actual. En cambio, cuando se trata de
identificar al candidato que más se identifica con los problemas de la
población, el mérito corresponde a Jeanine Áñez, de la alianza Juntos, en
peldaño nuevamente compartido con el exministro de Economía y candidato del
MAS.
Esos son los resultados que se observan a primera vista con
respecto a la Primera Encuesta Nacional de Mercados y Muestras referente a la
parte de cómo percibe la población a los candidatos en carrera electoral.
En este acápite en el que se exploran las cualidades de
firmeza, honestidad y empatía con la población, son nuevamente Mesa, Arce y
Áñez, quienes toman el protagonismo. Incluso en preguntas de cuál de los
candidatos es el más honesto y cuál el que se identifica más con los problemas
de la gente es la opción “ninguno” la que lidera en las preferencias.
Yendo punto, por punto, en el cuadro del postulante más
firme, Arce y Mesa empatan con el 27 por ciento de la preferencia electoral,
mientras que, más atrás, figura Áñez, con el 14 por ciento.
Con porcentajes por debajo del 5 por ciento figuran el resto
de los candidatos, Luis Fernando Camacho, Jorge Quiroga, Chi Hyun Chung y Feliciano
Mamani, en ese orden, con porcentajes bajos. Incluso la opción “ninguno” figura
con 12 por ciento.
En la segunda categoría, cuando se le pregunta al elector
por el candidato más honesto, destaca la categoría “Ninguno” con el 33 por
ciento de las posiciones. Mucho más abajo, con el 18 por ciento, aparece Arce,
seguido de Mesa con el 15 por ciento y Áñez con el 12 por ciento. El resto de
los candidatos nuevamente figuran con porcentajes exiguos, por debajo del 5 por
ciento.
Finalmente, en la búsqueda del candidato que más se
identifica con la gente, nuevamente se desmarca el recurrente “ninguno”, con 33
por ciento de las opiniones de los encuestados.
Dejando de lado, esa primera opción, el empate esta vez es
entre Arce y Áñez, ambos con el 21 por ciento de “votos”. Mucho más abajo,
figura Carlos Mesa con el 9 por ciento, lo que devela que la población lo ve
como un candidato ideal, pero poco compenetrado con los problemas sociales de
la gente, a diferencia de Arce (probablemente respaldado por el “voto duro” del
MAS) y Áñez, quien se ve favorecida por su doble rol de candidata-presidenta y
poder ejecutar políticas en favor de la población y hacer campaña.
Finalmente, se encuentra el tema del debate: nueve de cada
10 personas consultadas (89 por ciento) considera que debería ser obligatorio
participar en debates políticos, frente a un 8 por ciento que no lo ve
necesario, y un exiguo 3 por ciento que no sabe, no responde.
La demanda de los debates se ha hecho más llamativa en los
últimos años a medida que el anterior Presidente, Evo Morales, fue rehuyendo
recurrentemente de estos formatos de confrontación de ideas. Los candidatos
actuales también han mostrado partidarios de esta confrontación.
ANÁLISIS
Se observa una ausencia general de liderazgo
Paúl Antonio Coca
Politólogo
Ninguno de los candidatos supera el 30 por ciento (en cuanto
a consulta sobre firmeza), lo cual muestra el nivel de liderazgo que poseen
frente al electorado boliviano. Las candidaturas constituyen situaciones
coyunturales, motivadas por factores políticos y no emergentes del liderazgo
social. Entonces, la ciudadanía sabe que por quien vote no es la mejor opción,
sino el menos malo. La ausencia de liderazgo viene acompañada por algo común en
los últimos 14 años: críticas sin dar propuestas o soluciones estructurales
para los problemas del Estado, sino medidas populares.
El votante tampoco percibe honestidad en los candidatos; con
excepción de cuatro (que casualmente no están en los primeros lugares), el
resto tiene experiencia en cargos jerárquicos de la función pública (desde
Presidencia hasta ministerios), lo que configura una situación de, por una
parte, experiencia y, por otra, manchas en la gestión gubernamental que
tuvieron. En Bolivia, la experiencia en función pública no es vista como tal,
sino como parte del pasado.
Lo anteriormente señalado tiene su incidencia en que ninguno
de ellos se preocupa por los problemas de la gente. Sucede que las personas
tenemos problemas cotidianos, necesidades y si bien son diferentes en muchas
familias, todos pagamos deudas y cuentas. El proceso electoral muestra la
opulencia y el gasto que realizan para llegar al poder, frente a que existen
familias que para obtener el alimento del día, deben extremar esfuerzos.
Asimismo, el lujo y opulencia que muestran muchos de los que ocupan cargos
públicos (en cualquier gestión) dan la sensación de que únicamente se acuerdan
de la gente en época de campaña, y por eso es que NINGUNO es el punto más alto
en esta pregunta.
Finalmente, está el tema del debate. En 2002, fue la última
vez en las que hubo debates entre todos los participantes, en los diversos
eventos convocados. A partir de 2005, Evo Morales se rehusó a hacerlo. Si bien
no determinan una elección como sucede en Estados Unidos, es parte de la
cultura democrática nacional, de la habilidad que tienen para salir del paso y
mostrar la capacidad ante situaciones de presión. Los mismos deben ser
obligatorios para los postulantes, y el TSE es el Órgano llamado a convocar y
sancionar a quienes incumplan.
lostiempo.com

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