Siete senadores norteamericanos afirman que el gobierno de Bolivia comete violaciones a los derechos humanos
Siete senadores norteamericanos pertenecientes al Partido
Demócrata, incluido el excandidato presidencial Bernie Sanders, denunciaron
este martes al gobierno de la presidenta Jeanine Añez por lo que consideraron
“violaciones a los derechos humanos y civiles” y la búsqueda de “venganza
contra sus oponentes y perpetuarse en el poder”.
Los senadores enviaron una carta al Secretario de Estado
norteamericano, Mike Pompeo, en el que hacen un recuento de los supuestos
excesos cometidos por las autoridades durante los ocho meses de gestión de la
presidenta Añez, desde las muertes ocurridas en Senkata y Sacaba hasta las
presiones y amenazas de juicios contra la presidenta del Senado, Eva Copa.
Algunos de los senadores firmantes son muy influyentes, como
el mencionado Sanders, además de Tim Kaine, excandidato a la vicepresidencia
con Hillary Clinton, y Patrick Leahy, decano del Senado norteamericano (senador
de más antigüedad). Los otros firmantes son Christopher Murphy, Benjamin
Cardin, Chris Van Hollen y Edward Markey.
“Nos preocupa cada vez más el creciente número de
violaciones de los derechos humanos y recortes de las libertades civiles
cometidos por el gobierno interino de Bolivia. Estos comenzaron poco después de
que el gobierno interino llegara al poder en noviembre pasado cuando Evo
Morales renunció en medio de protestas generalizadas y presión de los
militares”, dice la misiva, traducida por Brújula Digital.
Los firmantes agregan que los “informes de abusos se han
acelerado recientemente con acciones, a menudo enmarcadas como respuestas a la
pandemia ocasionada por el COVID-19, que sirven para intimidar y socavar a los
adversarios políticos del gobierno interino”.
Los senadores exigen también que el gobierno de EEUU
presione con más firmeza al de Bolivia para evitar que se sigan produciendo
esas supuestas violaciones a la ley “y las inquietantes acciones” de la
administración de Añez.
Durante los 14 años del gobierno de Morales, caracterizados
por excesos y abusos, este tipo de protestas fueron muy inusuales y en general
no se criticó al régimen, pese a sus evidentes intentos de eternizarse en el
poder. Ahora la situación ha cambiado, probablemente debido a que Añez no es
una presidenta surgida de las urnas.
“El cuasi silencio en relación con los recientes
acontecimientos en Bolivia contrasta con el enfoque (que se da) a países como
Venezuela, donde la administración ha condenado con razón y de manera constante
las violaciones de los derechos humanos”, dice el texto.
Según el análisis de los senadores, el gobierno se ha
excedido en su función original, que se limitaba en llamar a las elecciones y
“ha buscado venganza contra sus oponentes políticos y perpetuarse en el poder”.
Recuerda que Añez prometió que no se presentaría a las
elecciones como candidata, pero que luego lo hizo, generando un aumento en la
polarización del país y “aumentando los riesgos de conflicto político y
violencia”.
El texto agrega, en ese sentido, que la gestión de Añez debe
dejar de lado sus intentos de posponer las elecciones y agrega que “cualquier
intento" en ese sentido debe "oponerse enérgicamente”.
También los firmantes hacen una fuerte crítica a lo que
ellos denominan “intentos militares de intimidar al Legislativo de Bolivia”. Expresan
que “la reciente decisión del Ministerio de Defensa de presentar cargos penales
contra la presidenta del Senado, Eva Copa, representa un grave ataque tanto a
las normas legales como al único cuerpo democráticamente elegido que queda en
el país”.
Tras la caída de Morales, asegura la nota, las protestas
fueron reprimidas por uniformados, ocasionándose 36 muertos, 833 heridos y
1.504 detenidos. También recuerda las muertes producidas en Senkata y Sacaba,
donde murieron dos decenas de personas.
“La mayoría de estos actos ocurrieron bajo un decreto
presidencial, que Añez fue presionada más tarde a revocar, que concedieron
inmunidad a los miembros de las fuerzas de seguridad que participaron en la
represión. Más de seis meses después, el gobierno aún no ha realizado una
investigación seria sobre estas muertes y lesiones”, dice.
Finalmente se establece que en abril y mayo el gobierno puso
en vigor decretos supremos que establecieron que las personas que difundan
información “generando incertidumbre en la población” con respecto a la
expansión del coronavirus podían ser acusadas penalmente y sufrir penas de
cárcel de hasta 10 años. Ello es inaceptable, aseguran los legisladores
norteamericanos. Los decretos fueron revocados poco después.
También se menciona que en abril, el ministro de Gobierno,
Arturo Murillo, anunció la creación de “ciberpatrullajes” operados por las
Fuerzas Armadas, la Policía y su propio personal “para identificar y enjuiciar
a los acusados de difundir ‘información errónea’ durante el brote de
coronavirus”. Ello, dice la misiva, es una violación a los derechos civiles y
humanos de la población, bajo el pretexto de la lucha contra la pandemia.
brujuladigital.net

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